¡Cuántas cosas se pueden descubrir! Un pie tratando de acariciar la pierna indebida, una patada de advertencia para acallar palabras imprudentes… Y sobre el tablero, y a veces al mismo tiempo, divisaríamos manos que después de reptar entre cubiertos y copas, se acarician; ojos que sonríen enamorados en un silencioso brindis o también la tristeza de una ausencia o de un lugar vacío para siempre.
Que alrededor de una mesa solo encontréis momentos de alegría y que disfrutéis de los relatos que este mes os contamos en torno a ella.
Pinchad en link y a disfrutar
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