miércoles, 6 de mayo de 2020

Jaime Aguilera San Frutos: El miedo







Mike caminaba por el oscuro sendero. Volvía de una dura jornada de trabajo en el campo.

A mitad de camino le resultó extraño no ver aquella casa en ruinas que ocupaba esa parcela desde antes de que él naciera. Asoció no poder verla con la intensa niebla que había esa noche, por lo que continuó su camino.

Lo que Mike no podía imaginar era lo que acontecería en escasos minutos. Al entrar en su casa comenzó a escuchar extraños ruidos, que imaginó eran esos malditos crujidos de la vieja madera con la que estaba construida aquella vieja edificación a la cual el llamaba hogar.

Segundos después Mike se extrañó de que los ruidos no cesaran, por lo que decidió inspeccionar el sótano que era de donde procedían aquellos sonidos.

Bajando la escalera le vino un olor a putrefacción y una vez abajo la imagen que pudo observar le dejó paralizado. En el suelo se encontraban decenas de cadáveres de hombres y mujeres y frente a ellos la figura de lo que parecía un fantasma.

Consiguió huir de la casa y avisar a la policía. Cuando los agentes revisaron el sótano no encontraron absolutamente nada relacionado con lo que había dicho Mike.



© Jaime Aguilera San Frutos





Una tarde de verano, en la playa, a orillas del Mediterráneo, tres niños de 9, 11 y 13 años, decidieron escribir sobre fantasmas, una casa en ruinas, y un camino cubierto de niebla.

¿Qué edad tenía Jaime? 

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