(/3 meses después de autoproclamarme Señor de los Sith/)
El
control absoluto. La ausencia de miedo, compasión y sufrimiento.
El
PODER.
Después
de ser engañado y conducido al lado oscuro, te enfrentas a tu destino con la
misma determinación desafiante que demostraste en tu juventud siendo aquel
chico solitario. Traicionas a tus amigos y te vuelves contra todo lo que una
vez amaste.
La lava
ardiente a tu alrededor no es más que los ecos de las emociones que fluyen en
tu interior. Te llenan de dolor, confusión e ira. Tu naturaleza impulsiva y
destructiva te permite un solo modo de expresar la profunda herida de tu alma:
acabar con todo en lo que una vez confiaste.
Llegado
el momento sientes que todo el odio y sufrimiento acumulado sale a la
superficie y te ciega. Pero te sientes bien, mejor que nunca, porque el poder
es tuyo. Sientes el dragón que ha estado latente en tu corazón que al final comienza
a despertar, sientes que por fin puedes hacerles pagar por todo lo que te han
hecho, y lo haces. Pero no te importa porque sabes que estás haciendo el bien.
Haces lo
que crees que es correcto. Lo que es correcto.
Y
entonces hay un momento luminoso en el que por fin comprendes que no hay ningún
dragón interior, que no existe ese fuego de venganza, que no existe ningún
Darth Revan. Que solo estás tú.
Solo yo.
Siempre
he sido solo yo.
Ahí
radica el engaño y la farsa del Lado oscuro. De mi Lado oscuro.
Fue
entonces cuando me di cuenta, pero ya era demasiado tarde.
Porque
cuando podía haberme ido con ella, cuando podía haber pensado en ella, en
realidad estaba pensando en mí mismo…
Entonces
entendí la crueldad definitiva del mal y las ansias de poder....
Porque
ahora lo único que tendré siempre será a mí mismo.
Fanfiction basado en Darth Revan, personaje de Star Wars:
Caballeros de la Antigua República.
©
José Carlos Carretero
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