Sí, tienes razón.
Ya no miro
al mundo con mis ojos divididos,
aprendí la
lección cuando volaba para estar a tu lado.
Después el
paso del tiempo
puso todas
las cosas en su sitio.
A ti te
arrojo a las montañas nevadas...
a mí me
acercó a las estrellas…
Ya no me
entristezco en los días lluviosos,
por el
contrario, cada día me gustan más y más.
Las gotas de
lluvia mojando mi pelo,
el sonido
del agua golpeando en el suelo,
el gris de
las nubes en un encapotado cielo.
Los caminos
se alejan
para no
tocarse jamás.
Discurren
los universos paralelos
que hablan
de besos vacíos, latidos efímeros.
espacios
oscuros, de abrazos congelados,
de noches
perdidas.
En otro lado
de la galaxia se escucha
el besuqueo
de los amantes, las caricias de los amigos,
el baile de
los nocturnos, la risa de los cómicos.
Me pongo mi
traje de cosmonauta,
corrijo la
dirección de mi aeronave,
y pongo rumbo
hacia la ternura.
© Sol Cerrato
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