Según la Real Academia
Española es una partida de un juego de azar, especialmente de cartas; una casa
de juego no autorizada; pero también podría ser una palabra de procedencia
africana que quiere decir tambor; un tipo de música que aglutina aspectos del
son montuno cubano…
Pero el dulzor que hoy nos
ocupa es el de un sabroso y famoso bocado: la timba cubana, o lo que es lo
mismo el pan con dulce de guayaba.
Si se habla de dulce en Cuba,
la tradición es larga. En parte, esta viene por herencia española y también por
la gran producción de azúcar de caña, miel y frutas tropicales.
El primer país que tuvo
caminos de hierro fue Inglaterra, seguido por Estados Unidos, Francia,
Alemania, Bélgica, Rusia, España ocupa el séptimo lugar a través de Cuba que
fue la primera de las provincias españolas de ultramar en tener ferrocarril.
Once años antes que se hiciera el trayecto de Barcelona a Mataró.
El primer tramo fue de La
Habana a Bejucal con 27,3 kilómetros de largo. Se inauguró el domingo 19 de
noviembre de 1837, setenta y cinco años antes de que mi madre naciera ese día y
a esa misma hora, ya que ambos acontecimientos comenzaron su largo caminar a
las ocho de la mañana bajo una lluvia torrencial.
En aquel entonces, las barras
de guayaba se hacían en casa con azúcar prieta. A esto se debe que el color del
dulce en barra fuera tan oscuro, prácticamente negro, al igual que los troncos
de madera usados para construir la vía férrea, llamados en inglés timber. A estos últimos se les daba un baño
de petróleo para su durabilidad por lo que también tomaban una coloración
oscura.
Como los trabajadores
acostumbraban almorzar con una barra de pan partido por la mitad, relleno de dulce
de guayaba, pues uniendo parecidos, tomaron prestado ese término lingüístico y surgió
el pan con timba.
Los cubanos continúan siendo
fanáticos de este bocadillo. Incluso suelen agregarle queso blanco o queso crema.
Así sabe más rico todavía.
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