Se dice que fue la primera programadora de ordenadores, al haber publicado lo que hoy se le reconoce como el primer algoritmo codificado para que una máquina lo procese, pero al parecer está probado que fue Babbage la primera persona que hizo lo que se entiende como un programa.
En cambio, Ada Lovelace fue
la primera ingeniera del software, algo más importante que ser programador,
pues ella estudió, desarrolló y creó la documentación sobre un determinado sistema
de procesamiento automático.
Nació el domingo 10 de
diciembre de 1815 y fue la única hija legítima de lord Byron. Era una niña a
quien le encantaban las máquinas y se obsesionó con la idea de volar, quería
moverse por el aire con una máquina, lo que la llevó a investigar sobre la
anatomía de las aves, sobre las alas, tamaños, materiales que se pudiera
utilizar como el papel, alambres, plumas… Y escribió un libro: Flyology.
A los dieciocho años conoció
a Charles Babbage, un matemático cascarrabias del que fue una gran amiga y que
la estimuló intelectualmente. Quería construir un telar de Jacquard aplicado a
los números.
El famoso matemático Augustus
de Morgan fue su mentor, pero como buen hijo de su tiempo, llegó a decir que
las preguntas de Ada eran impropias de una mujer. Pensaba como un hombre.
Años más tarde, Augustus de
Morgan en una carta a su madre sugirió que Ada podría convertirse en «una
investigadora matemática de primer nivel».
Ada y Babbage se pusieron de
acuerdo para colaborar juntos, por lo que ella tradujo un artículo del
científico italiano Luigi Federico Menabrea. A su trabajo le llamó Notas, que
consistía en su propio estudio sobre la máquina analítica y como anexo, la
traducción del italiano.
Valoraba la metafísica tanto
como las matemáticas y las veía como herramientas para explorar «los mundos
invisibles que nos rodean». Llegó incluso a vislumbrar la posibilidad de
digitalizar la música.
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