Historia de espionaje puro y duro inserta en
un escenario geopolítico que bien podría ser el actual con un dirigente ruso
que proviene directamente de las cloacas del KGB y para el que cualquier
divergencia se trata como alta traición a la nación que, él mismo encarna, y provoca
la muerte sin juicio ni explicaciones.
La “operación Kazán” fue diseñada en la época
de Stalin con el objetivo de colocar un espía en el mismo corazón de su secular
enemigo Estados Unidos. Un niño nacido en Nueva York y preparado a fondo por
los servicios de inteligencia soviéticos esperará durante lustros su momento
para actuar. Es imprescindible que la misión permanezca en el más estricto de
los secretos para que llegue a buen puerto y por orden directa de Stalin, muy
pocas personas conocerán lo que se está tramando.
Ya en el siglo XXI, Ivan Karlov, el presidente ficticio de Rusia en la
novela, retoma la misión largamente dormida para devolver a Rusia su estatus de
superpotencia controlando los hilos de la política estadounidense desde la
distancia.
Un par de agentes de la CIA y del CNI español alertados
por tres espías retirados, intentarán desactivar el ambicioso y peligroso plan
del Kremlin en una carrera trepidante contra el tiempo y las agencias de
inteligencia de países de la órbita de la antigua Unión Soviética.
Resulta inquietante pensar que podemos estar
manipulados y vigilados por el espionaje hasta el extremo de que la política de
un país pueda ser manejada por estas tramas. No es un planteamiento
descabellado y muestras vemos a menudo de injerencias espurias con fines
ilegítimos.
Es una novela entretenida al más puro estilo de las
obras de espionaje que todos hemos leído y con el aliciente de que sus
personajes pueden ser totalmente reconocibles y la trama tristemente creíble.
© Julia de Castro
Mi verano en libros
Agosto 2023
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