Julián Gayarre |
Fue
sucesivamente labrador, pastor, dependiente de una tienda, herrero, tenor.
Se dice que Gayarre tenía por costumbre cantar mientras trabajaba, un compañero
le habló del Orfeón Pamplonés que dirigía Joaquín Maya, quien lo admitió como
primer tenor. Hilarión Eslava le oyó y le aconsejó que se trasladase a Madrid,
le ayudó económicamente y consiguió para él una beca en el Conservatorio, donde
ganó el segundo premio de canto en 1868. Tras ser rechazado por el maestro
Gaztambide regresó a Pamplona.
Después
de unos años de estrecheces marchó a Italia, con una beca de la Diputación
Foral de Navarra, para proseguir sus estudios; allí se hizo famoso en brevísimo
tiempo y desde entonces fue su vida una carrera de triunfos.
El
2 de enero de 1876, en La Scala de Milán, cantó su ópera predilecta La Favorita y se consagró como el primer
tenor del mundo. Su repertorio
abarcaba todos los géneros.
Actuó
en los mejores teatros de Europa cobrando cantidades fabulosas, no obstante lo
cual conservó siempre su natural sencillez y generosidad. Regaló a sus padres
una casa, en Roncal, hoy convertida en Casa-Museo, el amor por su pueblo natal
le llevó a financiar la construcción de las escuelas, así como del frontón. Allí
se encuentra el panteón mausoleo erigido en su honor, obra de Mariano
Benlliure.
El
admirable timbre de su voz, la extensión de la misma, la nitidez y la dulzura
de la emisión y una amplitud de respiración que le permitía prolongar las notas
como ningún otro, son cualidades que en pocos artistas se han encontrado
reunidas.
La
última ópera que cantó fue El pescador de perlas. El 2 de enero de 1890, a los
46 años de edad, muere en Madrid, probablemente de un cáncer de laringe. Aunque
murió soltero se sabe que tuvo una hija con la tiple María Mantilla que se
llamó como su madre y a la que no olvidó en su testamento.
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