martes, 23 de diciembre de 2014

Castillo Abadía de Loarre (Huesca)

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Castillo de Loarre



¡Ah de la fortaleza!

Por orden del rey Sancho III de Navarra, el castillo monasterio de Loarre fue construido en una estribación de la sierra de Guara, dominando a Huesca por el norte, y así servir como avanzadilla fronteriza.

Su interés arqueológico es extraordinario porque constituye un castillo románico sin aditamentos posteriores y presenta un buen estado de conservación, salvo la parte del antiguo castillo algo más deteriorada. Fue nombrado Bien de Interés Cultural y Monumento Nacional en el año 1906.

Se sabe que como monasterio existía en 1071 y que antes perteneció a una comunidad de canónicas de San Agustín. Está situado sobre un montículo y en los sitios en que la elevación es accesible lo rodea poderosa muralla de diez mil metros cuadrados y un perímetro de ciento setenta y dos metros, provista de torreones y dos puertas. La de entrada es románica con decoración en el tímpano. Sus dependencias militares se agrupan en varios pisos a los que se llegan por una imponente escalera.

Se identifica con dificultad, pero existen galerías, cuadras, calabozos, caminos de ronda y hasta una salida de escape. Entre la muralla y el cuerpo del castillo se eleva una torre vigía. La del homenaje, situada al noroeste del conjunto, es de tres pisos.

A la derecha de la escalera está la cripta de Santa Quiteria, que fue lugar de enterramientos, con una increíble acústica. Es de una sola nave y aparejo característico del primer románico, se fecha hacia mediados del siglo XI.

Desde ella se accede a la iglesia de San Pedro, el edificio más sobresaliente que se empezaría a construir a finales del siglo XI y se terminaría en el XII. Consta de una sola nave, de bóveda de cañón decorada por una larga cenefa de ajedrezado jaqués y con ábside semicircular decorado con columnas adosadas a los muros con capiteles tallados con motivos fantásticos, vegetales y bíblicos; Entre el ábside y la nave, delante del presbiterio, se eleva una cúpula sostenida por cuatro trompas, de veintiséis metros de altura. .

Varias ventanas ajimezadas brindan la vista hacia donde se ubicó el pueblo de Loarre hasta el siglo XVI.

Dice una leyenda que en él murió don Julián, arrepentido por haber traicionado a su rey Don Rodrigo. Conserva el recuerdo de los reyes Sancho Ramírez, Pedro I y Sancho III el Mayor.

Tras el compromiso de Caspe, Antonio de Luna y su hermana doña Violante, partidarios de Jaime de Urgel, resistieron férreamente a las tropas de Fernando I de Aragón.


El castillo abadía se mimetiza con el terreno llegando a confundirse con él a pesar de su gran tamaño. 





Fuentes:
Salvat Editores, S. A. 1967
Wikipedia, la enciclopedia libre

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