jueves, 25 de junio de 2015

Castillo de Cuéllar o de los Duques de Alburquerque (Segovia)


Castillo de Cuéllar


La fortaleza se levanta en lo alto de un cerro y está rodeada de un foso seco amurallado que la defiende por todas partes, menos por el lado de la villa. Es de planta cuadrada y en cada uno de sus ángulos hay una torre: tres de ellas cilíndricas y una cuadrada. En la fachada oriental se encuentra la liza, un corredor de unos tres metros y medio de anchura. Es un pasillo-trampa con tronera y dos poternas.

El aspecto exterior del castillo tiene las características generales del estilo gótico con algunos detalles mudéjares, pero las sucesivas reconstrucciones le han dado un aire renacentista. En medio de uno de los lienzos se abre la puerta principal, de arco arábigo peraltado defendida por dos garitas. En otro lugar del mismo lienzo hay un nuevo arco arábigo tapiado y una galería de sencillo estilo renacentista.
Patio

En el interior de la construcción y en torno a un patio central se levanta el palacio, de posterior edificación. Consta de un claustro con columnas y una doble galería con arcos rebajados del siglo XVI, a la que dan salida amplios salones con artísticas techumbres, artesonados de estuco y vigas talladas.
Torre del Homenaje

En documentos de 1264 hay noticias del recinto amurallado y hay hipótesis que sugieren que el castillo surge a la par que la muralla. Álvaro de Luna fue por dos veces señor de Cuéllar e hizo la torre. Allí se defendió de las revueltas que precedieron a su ejecución en Valladolid. Tras su muerte el señorío vuelve a Juan II y se le otorga a la infanta Isabel. Enrique IV se negó a admitir la voluntad de su padre y pagó a Isabel la cantidad de doscientas mil doblas de la Banda para su dote e casamiento, quedándose con el Castillo. Y le hace merced del mismo a Beltrán de la Cueva en compensación a la renuncia que hizo éste sobre el Maestrazgo de Santiago y con la condición de que se ausentara de la corte. Fue el primer duque de Alburquerque. A la muerte de Enrique IV, los partidarios de la Beltraneja se agruparon en este castillo en lucha abierta contra el bando de Isabel y Fernando, cuyo cuartel general era el vecino castillo de Coca. Finalizada la contienda y habiéndose pasado al bando de Isabel don Beltrán de la Cueva, le deja el Castillo y sus títulos.

Muchos huéspedes importantes se alojaron aquí: los reyes de Castilla, Juan I y Leonor que falleció en él. También María de Molina buscó refugio en este castillo. Y así fue pasando por los sucesivos duques de Alburquerque que al trasladarse la corte a Madrid, lo utilizaron como palacio de recreo. La línea primogénita del ducado se extingue y la titularidad pasa a la familia Osorio. Hoy su dueño es Juan Miguel Osorio y Bertrán de Lis, XIX Duque de Alburquerque.

Otros huéspedes han sido:

Francisco Javier Parcerisa, en una de las salas se puede ver un dibujo del castillo realizado en 1865. También dibujó la desparecida iglesia de Santa Marina, así como el arco de San Basilio.

José de Espronceda, que cumplió destierro en Cuéllar por leer unos versos considerados subversivos. Residió en una casa del barrio de Santo Tomé. El castillo fue fuente de inspiración para su única novela. Sancho Saldaña o el Castellano de Cuéllar.

Joseph Léopold Sigisbert Hugo, que se alojó entre sus muros una noche de mayo de 1813.

Arthur Wellesley, duque de Wellington que estuvo aquí acuartelado durante la guerra con Napoleón.

En 1938 se instaló en él un penal para presos políticos, luego se convierte en sanatorio para presos tuberculosos y vuelta a ser penal hasta 1966. En 1972 la Dirección General de Bellas Artes lleva a cabo una intensa restauración y se convierte primero en un centro de Formación Profesional y luego en instituto de Educación Secundaria Obligatoria, ya que su uso está cedido por noventa y nueve años al Ministerio de Educación y Ciencia.


Fue declarado Bien de Interés Cultural el 3 de junio de 1931. En la Torre del Homenaje tiene su sede desde 1999 la Fundación de la Casa Ducal de Alburquerque, agregando a sus fondos documentales, el Archivo Histórico Municipal de Cuéllar y el Archivo de la Comunidad de Villa y Tierra de Cuéllar, convirtiendo la Fundación en uno de los archivos nobiliarios más importantes de España. Su documento más antiguo data de 1184. En la planta baja de la Torre del Homenaje se encuentra la Oficina de Turismo y ofrece visitas guiadas y teatralizadas.


Arcón en Sala de las damas




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