miércoles, 19 de julio de 2017

Leyenda gitana del origen del violín


Había una vez un matrimonio que tenía cinco hijos. La mayor era una chica; de tan gran belleza, que era célebre en los pueblos de alrededor. Tenía más de veinte años y nunca había tenido ningún pretendiente. Unos decían que era muy orgullosa; otros, que era demasiado coqueta. Lo cierto es que no se sabía por qué, siendo tan hermosa, ningún hombre se dirigía a ella.
Un día que iba al bosque por leña, se le apareció el diablo. La muchacha no se asustó. Por el contrario, se mostró con él muy amable y le preguntó por qué ningún muchacho quería hacerla su esposa.
El diablo se echó a reír y contestó:
—Yo sé de un hombre que anda enamorado de ti. Si sigues mis consejos, tendrás pronto un buen novio.
La doncella contestó que estaba dispuesta a hacer todo lo que se le mandase.
Lo primero que le impuso el diablo fue que matara a su padre. Al principio la joven dudó, pues le parecía una condición demasiado cruel; pero al fin, cegada por sus deseos, consintió en darle muerte.
Un día que volvía a casa con su padre por la orilla del río, fingió tropezar con unos troncos de árbol y empujó a su padre, logrando que cayera al agua. El padre murió ahogado. En seguida se le apareció el demonio.
—Está bien —dijo—; ahora haré con tu padre un precioso instrumento de música, que te ayudará para conseguir un novio.
Y haciéndolo como lo decía, convirtió a su padre en una caja de violín.
—Tendrás que matar a tu madre, para hacer de ella el arco —dijo el demonio.
Aquella condición le pareció imposible de cumplir. Pero un día que su madre estaba junto al fuego, haciendo la comida, el diablo tentó de nuevo a la muchacha, exigiéndole el sacrificio de la madre para conseguir su deseo. Ésta no pudo resistir la tentación y empujó a su madre hacia el fuego. Se hizo unas quemaduras tan graves, que pronto murió.
En seguida se le apareció el demonio.
—Está bien —dijo —. Con tu madre haré el arco para el violín; pero de nada te servirá tener esto si el violín no tiene sus cuatro cuerdas. Para conseguirlas tendrás que sacrificar a tus cuatro hermanos.
Una noche, mientras dormían, decidió matarlos, y así lo hizo. Al momento se le apareció el diablo, que transformó a los cuatro niños en cuatro cuerdas de violín, pudiendo de esta manera completar este maravilloso instrumento.



—Ahora tócalo —dijo a la doncella—, y verás cómo en seguida un hermoso joven te quiere hacer su esposa.
Tan pronto tuvo el violín en las manos, empezó a tocarlo. Era tan maravillosa y tan dulce su música, que un hombre que pasaba se detuvo a escuchar. Al ver a la linda muchacha que tocaba aquel extraño instrumento, se enamoró de ella. Ésta le correspondió, pues el pretendiente era un hermoso joven.
La joven se sentía feliz; no se acordaba para nada de sus padres y hermanos, y decidió casarse enseguida.
La víspera de su boda iba con su novio por el bosque, tocando el violín que le diera el diablo, cuando de repente se le apareció éste. La joven, asustada, le preguntó qué deseaba.
—Vengo por ti y por tu novio —contestó— . Te di lo que querías, y ya lo tienes; ahora ven a pagar tus crímenes.
Y cogiéndolos por el brazo, se precipitó con ellos en el infierno.
Al poco rato pasó por allí un gitano y vio en el suelo un extraño instrumento de música. Era el violín que hiciera el diablo. Empezó a tocarlo, y fue tan maravillosa su música, que en poco tiempo se hizo célebre en todo el mundo.
Los gitanos lo tocan con verdadera pasión y creen a pies juntillas que sólo el diablo pudo ser el inventor de su querido violín.

Fuente: 
Antología de leyendas de la literatura universal de V. Garcia de Diego










Nuestro colaborador Justo S. Alarcón, Profesor Emérito de la Universidad Estatal de Arizona (USA), nos invita a disfrutar de esta leyenda gitana.



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