viernes, 28 de agosto de 2020

Emelina López: El jardinero y la rosa




Ernesto Lecuona fue un niño prodigio. Dio su primer recital a los 5 años, y a los 13 realizó su primera composición Se graduó en el Conservatorio Nacional de La Habana con una medalla de oro en interpretación cuando tenía 16 años. Fuera de Cuba empezó su carrera en el Aeolian Hall, Nueva York y continuó sus estudios en Francia con Maurice Ravel. Introdujo la primera orquesta iberoamericana en los Estados Unidos: los Lecuona Cuban Boys. Está considerado como uno de los músicos cubanos más destacados.

Emelina López nació en La Habana (Cuba), donde cursó sus estudios musicales. Reside en España desde 1981, debutó en el Teatro Nacional de la Zarzuela de Madrid, como primera soprano. Realizó dos giras mundiales con la "Antología de la Zarzuela", destacando su debut en el Madison Square Garden de Nueva York, junto a Plácido Domingo. En "The Ambassadors of Opera and Concert", junto a artistas del "Metropolitan Opera House" de Nueva York, dio recitales en Pakistán, India, Emiratos Arabes, Kuwait, Corea, Hong-Kong, Taiwan, Indonesia, Malasia y Filipinas. También con la compañía "Opera and Orchestra" de Nueva York, bajo la dirección de Eve Queller. Cabe destacar su interés por divulgar la música de autores como Ernesto Lecuona.

 

Hermanos Álvarez Quintero fueron los grandes maestros de la comedia costumbrista, pero también se prodigaron en otros campos como la zarzuela y la poesía.

 

La rosa del jardinero


Era un jardín sonriente; era una tranquila fuente de cristal;
era, a su borde asomada una rosa inmaculada de un rosal.

Era un viejo jardinero que cuidaba con esmero del vergel,
y era la rosa un tesoro de más quilates que el oro para él.

A la orilla de la fuente un caballero pasó, y la rosa dulcemente
de su tallo separó.

Y al notar el jardinero que faltaba en el rosal, cantaba así, plañidero,
receloso de su mal:

Rosa la más delicada que por mi amor cultivada nunca fue; rosa la más encendida la más fragante y pulida que cuidé; blanca estrella que del cielo curiosa del ver el suelo resbaló; a la que una mariposa
de mancharla temerosa no llegó.

¿Quién te quiere? ¿Quién te llama por tu bien o por tu mal?
¿Quién te llevó de la rama que no estás en tu rosal?

¿Tú no sabes que es grosero el mundo? ¿Qué es traicionero el amor? ¿Qué no se aprecia en la vida la pura miel escondida
en la flor?

¿Bajo qué cielo caíste? ¿A quién tu tesoro diste virginal?
¿En qué manos te deshojas? ¿Qué aliento quema tus hojas infernal?

¿Quién te cuida con esmero como el viejo jardinero te cuidó? ¿Quién por ti sólo suspira? ¿Quién te quiere? ¿Quién te mira como yo?

¿Quién te miente que te ama con fe y con ternura igual?
¿Quién te llevó de la rama, que no estás en tu rosal?

¿Por qué te fuiste tan pura de otra vida a la ventura o al dolor?
¿Qué faltaba a tu recreo? ¿Qué a tu inocente deseo soñador?

En la fuente limpia y clara ¿espejo que te copiara no te di?
¿Los pájaros escondidos, no cantaban en sus nidos para ti?

¿Cuándo era el aire de fuego, no refresqué con mi riego tu calor?
¿No te dio mi trato amigo en las heladas abrigo protector?

¿Quién para sí te reclama? ¿Te hará bien o te hará mal?
¿Quién te llevó de la rama que no estás en tu rosal?

……

Así un día y otro día, entre espinas y entre flores, el jardinero plañía, imaginando dolores, desde aquél en que a la fuente un caballero llegó, y la rosa dulcemente de su tallo separó.


Disfrutadla

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