Un macharatungo llamado Alfredo
Ramírez Santos nació, creció y amó este precioso lugar. Su hija, María Ramírez,
en recuerdo de su padre, nos anima a visitar el pueblo de sus ancestros y
conocer su historia.
Macharaviaya forma parte de
los pueblos blancos de la Axarquía. A tan solo veinticinco minutos de Málaga
capital, lo encontramos sobre un conjunto de colinas en forma de anfiteatro. El
paraje natural que lo rodea es accidentado. Su origen árabe es incuestionable.
Se trataba de un mashar hispanomusulmán o alquería. Su fundación data de 1572 y
gozó de gran esplendor económico y comercial en los siglos XVIII y XIX gracias
al mecenazgo e impulso de la familia Gálvez. Tanto que llegó a ser
conocida con el sobrenombre de «Pequeño Madrid». Su pico más alto es el cerro
de la Capellanía.
Entre los lugares a visitar
cabe destacar la iglesia de San Jacinto, el mausoleo o cripta de los
Gálvez, la Casa-Museo de Salvador Rueda, la Fábrica de Naipes, el templete, del
siglo XVIII, así como el museo de los Gálvez y un pilar junto a una casa
típica del siglo XIX.
La familia Gálvez
Los hermanos Matías, José,
Miguel y Antonio; y también el joven Bernardo, hijo de Matías, se lanzaron a la
aventura americana.
José de Gálvez y Gallardo,
primer marqués de la Sonora, fue visitador del reinado de Nueva España y luego ministro
de Indias del rey Carlos III.
Matías, hermano de José, fue
militar y Virrey de Nueva España. El primer padre de la patria guatemalteca.
Le sucedió en el virreinato
su hijo, el general Bernardo I Conde de Gálvez, que desempeñó un importante
papel en la independencia de Estados Unidos, tanto que en el 2014 Barack Obama
le concedió la ciudadanía honoraria de los Estados Unidos.
A pesar de su mérito y
repercusión histórica de sus acciones no se le conoce mucho, aunque su imagen aparece
entre las Estatuas de los Libertadores en Washington, D.C., y en Málaga se creó
la Asociación Cultural Bernardo de Gálvez estrechando lazos entre Málaga, Macharaviaya,
Galveston, y Pensacola.
Miguel fue embajador en Prusia
y en Rusia en tiempos de Catalina la Grande, introduciendo el vino malagueño en
las cortes europeas.
Y Antonio fundó el
Departamento Marítimo de Cádiz y fue coronel honorario. Su hija María Rosa de
Gálvez. una de las más destacadas poetas y dramaturgas de la Ilustración, da
nombre hoy a la Biblioteca Municipal de Macharaviaya.
La huella de la familia
Gálvez, en Macharaviaya, se reflejó en la reconstrucción de la iglesia, el
impulso a la agricultura y en la instalación de la Real Fábrica de Naipes, que
poseía el monopolio de este producto para su venta en América. A instancias de
los Gálvez, Carlos III creó la fundación de Escuelas y Banco Agrícola de
Macharaviaya en 1783, aunque esta escuela funcionaba ya desde 1776. Puede
considerarse la primera escuela pública, gratuita y mixta, aunque con aulas
separadas para niños y niñas, de España; anterior incluso a las primeras
escuelas públicas de Madrid. El Banco Agrícola, también pionero, socorría a los
labradores en apuros con préstamos a bajo interés.
En el siglo XIX la filoxera
atacó los viñedos del término municipal, provocando el empobrecimiento y con
ello el progresivo despoblamiento de la villa, con la consecuente emigración a
otras comarcas e incluso a América.
Acércate
a Macharaviaya
No te
defraudará
Mi querida Matieta...¡¡qué emoción leer, con los ojos humedecidos, todo lo que has contado sobre el pequeño pueblo de mi querido padre!!
ResponderEliminarTienes un gran arte en escribir y en este cuento sobre Macharaviaya veo el gran cariño que me tienes, que es recíproco, como no podría ser de otra manera...
Muchas ...muchas gracias, mi querida amiga por tu bonita narrativa..
Con un gran abrazo....
Mucho me alegra que te haya gustado. Eres un cielo. Recibe un gran abrazo de oso.
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