Platón
El filósofo griego llamado Platón se encontró un día con su alumno Aristóteles en el Ágora y como siempre que se reunían comenzaron a discutir acerca de…
«Creo que la
ayuda desinteresada es una virtud que debe ser cultivada. Si ayudamos a los
demás sin esperar nada a cambio, estamos actuando por el bien de la comunidad
en lugar de nuestro propio beneficio».
A lo que Aristóteles
respondió: «Pero Platón, ¿cómo podemos estar seguros de que la ayuda
desinteresada realmente existe? Siempre hay algún tipo de beneficio para el que
ayuda, incluso si es solo el sentimiento de satisfacción personal que se
obtiene al hacer una buena acción».
Platón reflexionó: «Es cierto
que a menudo obtenemos algún beneficio al ayudar a los demás, pero si nuestra
intención es hacer lo correcto por el bien de la comunidad, entonces nuestra
ayuda es desinteresada en esencia».
Aristóteles asintió: «Estoy
de acuerdo. Pero, ¿cómo podemos motivar a las apersonas a ayudar
desinteresadamente sin recurrir a la coerción o al mandato?».
Platón volvió a reflexionar:
«Creo que la educación es clave. Si enseñamos a las personas sobre la
importancia de ayudar a los demás y cultivamos un sentido de comunidad,
entonces la ayuda desinteresada se convertirá en una virtud valorada en sí
misma».
Aristóteles sonrió: «Tienes
razón, Platón. La ayuda desinteresada es esencial para una sociedad saludable y
justa. Debemos trabajar juntos para fomentar esta virtud en todos nosotros».
Platón concluyó: «La ayuda
desinteresada es un acto noble que debe ser valorado y promovido. Al ayudar a
los demás sin esperar nada a cambio, nos acercamos a una comunidad más justa y
feliz».
Aristóteles
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