Barro, versos y vida
El barro o lodo es una mezcla
semilíquida de agua y tierra compuesta por sedimentos, partículas de polvo y
arcilla. Los depósitos de barro se endurecen con el paso del tiempo hasta
convertirse en roca sedimentaria llamada lutita. Así se describe la composición
del barro, ese elemento que sirve para construir, para crear y para dar materia
y vida.
De igual manera, las palabras
se integran en una mezcla parecida a la anterior, son como una composición que
está en nuestro interior, aguardando pacientemente para tornarse en barro, en
mensajes para dar carácter a los versos que depositamos en el aire y que
lanzamos al infinito junto a nuestros sentimientos, a nuestras alegrías, a
nuestro amor o sencillamente a nuestra forma de ver y vivir la vida.
Posteriormente, esos
sentimientos se van alineando para dar orden al resto de la estructura y así,
permitir que emerja ese poema que nos llegue al corazón y se quede a vivir para
permanentemente dentro de nuestro espíritu, formando de esa forma una argamasa
de letras, tinta y papel que darán origen a las composiciones más increíbles y
más bellas que jamás se pueda imaginar.
La poesía es la parte
intrínseca que nos falta y que la encontramos muy pocas veces en nuestro
camino. La poesía no es solo de quién la escribe, también es para quién se
escribe, para quién goza con ella y para todos aquellos que la consumen
devotamente como si de una droga se tratara. Pero esta vez, para dar y ser
savia en sí misma, para crear formas e imágenes de sueños irrepetibles, de
sueños inconfesables, de sueños de amor.
Por eso la poesía es como el
barro, un elemento moldeable que en manos del artesano, hace que florezcan esos
sentimientos que nos acompañan en toda la obra. Poesía y barro, dos elementos
que conviven juntos en la imaginación en y los sueños de sus creadores y que se
perciben en cada átomo que existe dentro de cada una de ellas.
Las sensaciones de la poesía
se encuentran en cualquier parte, en cualquier lugar o en cualquier rostro
perdido que pasa junto a nosotros, sin dejar rastro, solo una estela de
sensaciones que nos hacen componer un verso y seguidamente otro más hasta que la
tinta de la pluma se quede incrustada en nuestros dedos sin poderla borrar.
La poesía es como el aire, se
aprecia en el rostro, pero no lo puedes atrapar. Sientes que la brisa recorre
tu piel, pero no la consigues acariciar. Son sensaciones que invaden la mente y
se quedan cobijadas allí para siempre y nunca las logras echar.
Barro y aire, poesía y
sentimientos. Amargor de boca el día que no puedes crear. Dulce de leche en los
labios cuando logras un solo verso, un mísero y sencillo verso, que será el
principio de un poema y posteriormente de otro más y así, hasta ver tu obra
plasmada en un libro o alojada en el corazón de un lector desconocido.
Hoy comencé a escribir y las
musas esta vez, no han pasado de mí, pues sin barro no hay vida y sin poesía…
¿Qué sería de la vida?
Barro que da relieve
al tiempo.
Barro de las juntas
de versos deshojados.
Barro de la larga
agonía deshilachada.
Barro, versos, vida,
formas hechas con mimo,
poemas creados con imágenes,
palabras confeccionadas con
limos.
Palabras de barro.
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