Nostalgia
Querida mía, tras un largo y tedioso viaje, hoy ha sido mi primer despertar en la casona que tú conociste en otro tiempo. Me he asomado a la ventana, el cielo está gris, como si retuviera las lágrimas a punto de aflorar. Nubes bajas cubren la montaña y difuminan el valle; vacío el camino que lleva al pueblo. Todo hace sentir el agobio de una soledad envolvente. Dentro de la habitación, el frío se adueña del espacio y la tarima cruje con el roce de mis pasos.
¡Ah!, si tú estuvieras aquí…
Cae suave la lluvia y, lleno de tu ausencia, me hundo en tu recuerdo.
Pero qué grande eres Alejandro, como escritor y más aún como persona. Un relato bellísimo, conmovedor y emotivo. Este es un buen motivo para que sigas regalándonos tus relatos.
ResponderEliminarCarmen Dorado