Una
vida feliz
Siempre comparaba su feliz infancia con la tristeza
de la mía. Lo bien que comían en su casa y el hambre que se pasaba en la mía.
El cariño que le profesaban sus ricos y poderosos padres con la soledad de mi
orfandad. Hasta llegó a decir que cuando veía los maravillosos juguetes que le
traían los Reyes Magos sentía lástima porque a mí solo me dejaban las naranjas.
Me habló y me habló sin dejar de comparar su buena vida con la mía. Y yo me
encogía y me encogía de lo desgraciado que fui.
Viendo mi tristeza un día me dijo No te preocupes, que
el Señor te lo compensará en la otra vida. ¿Y a ti?, le pregunté. ¿Cómo te lo
compensará a ti? Su silencio me hizo entender que no lo sabía. Y yo, señor
Juez, que siempre he sido persona dispuesta a ayudar a cualquiera, quise
echarle una mano y de un navajazo la mandé derechita al infierno.
Conversaciones con el Juez: Una vida feliz por Malena Teigeiro se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.
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