Wikipe-tan, personaje que contiene estereotipos de un dibujo estilo de manga y anime |
Me disgusta un montón que mi
madre me llame perezosa, la culpa será de ella que no supo educarme. Yo creo en
el destino y si llegué a este mundo un domingo, día de fiesta, es porque he
nacido para disfrutar, no para trabajar ni para que me estén regañando. No hace
caso. Es una maniática de la limpieza. Tira mis cosas. Lee mi diario. Revisa mi
ordenador. Y me obliga a presentarle a todas mis amigas, no porque a ella le
gusten las visitas, es para controlar con quien salgo. Les hace un
interrogatorio al estilo de una serie policiaca.
Siempre me animó a que
tuviera amistades, que debía ser sociable, que debía compartir. Ahora se enfada
porque comparto todos mis ratos libres con mis amigas. Me regaló un móvil y se
queja del gasto. Las cosas se tienen para ser usadas, sino qué sentido tienen.
Soy una incomprendida. Tengo
trece años y hasta hace poco mi madre era perfecta pero se ha vuelto
retrógrada, es imposible dialogar con ella. Se pasa todo el día diciéndome que lo
tengo todo desordenado, que soy una vaga. Respondo que mi espíritu artístico se
desarrolla entre carteles, apuntes, ropa desparramada, porque el desorden es
creatividad, que ella no tiene por qué entrar en mi territorio.
Me ha prohibido salir con mi
mejor amiga. Belén es guapa a rabiar, con un estilo bestial, moderna a tope,
alta, delgada y con mucho pecho. ¡Oh, Dios! Siento un miedo atroz a que a mí no
me crezcan, me miro al espejo, parecen ganglios y rápido me pongo relleno.
La semana pasada Belén se fue
a la peluquería, una pasada, se hizo mechas rubias con tonalidades rojas y
verdes. Genial. Corrí a casa y le dije a mi madre que quería cambiar mi estilo
y que empezaría por el pelo. Me mandó a recoger la habitación, me eché en la
cama y estuve llorando toda una hora. No la soporto. La odio.
Decido hablar con mi padre. Me
dedica un largo silencio para luego decirme que cuando sea mayor la
comprenderé. Venga ya.
¡Ayyyyyy! Quiero cumplir
dieciocho años.
© Marieta Alonso Más
Has descrito a millones de madres y millones de hijas con total fidelidad y no creo que cambie con el tiempo.
ResponderEliminarCada edad tiene sus motivos de roce. Lo importante es la relación madre/hija. Un vínculo insuperable.
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