Centro histórico de Florencia |
No existe constancia documental de la
fundación de Florencia, que se remonta probablemente al siglo II a.C.
Las tropas de Sila arrasaron la ciudad en el año 82 a.C,
y fue reconstruida por Julio César, treinta y tres años después, como castrum
romano.
Ponte Vecchio |
La villa floreció durante el imperio,
en tiempo de Adriano, cuando el trazado de la Vía Casia estableció una
comunicación efectiva con Roma y las provincias occidentales del mundo
romano. Todavía conserva la huella
romana, representada por un amplio capitolio, el foro, un templo consagrado a
Isis, dos termas, un teatro, un anfiteatro y dos basílicas paleocristianas. La
caída del Imperio supuso la decadencia de la ciudad.
Cúpula de la Catedral Filippo Brunelleschi |
El comienzo del segundo milenio implicó
el despegue, motivado por la iniciativa
empresarial de sus habitantes,
particularmente del gremio de los textiles, “arte della lana”. Los laneros importaban de Holanda una lana
burda que afinaban y teñían en sus talleres y con los que producían paños para
toda Europa.
Florencia obtuvo su plena
independencia en el año 1115. Las
necesidades de la ciudad cambiaron según
aumentaba su población y en el año 1172 se trazó un nuevo perímetro que excedía
el romano e incluía un apéndice en la orilla izquierda del rio Arno. En el año
1197 entró a formar parte de la alianza toscana contra el poderío imperial y su
destino se unió al de la Toscana.
Fachada de Santa María del Fiore |
El siglo XIII estuvo marcado por
constantes enfrentamientos entre Gibelinos y Güelfos. Dentro de los Güelfos
hubo una ruptura que dividió el partido entre Blancos y Negros. Esta situación produjo una arquitectura
particular de casas fuertes con perfiles de torres, provistas de galerías y
balcones que aligeraban sus muros, pero también de pequeñas ménsulas cuya única
finalidad eran sostener las barbacanas de defensa. En 1284 se encarga una nueva
línea de recinto al arquitecto Arnolfo di Cambio, quién habría de desarrollar en Florencia una
nueva y original tendencia artística. En
este periodo, y a pesar de la inestable situación social y política, la ciudad
conoció un gran impulso en el campo de las artes y de la literatura; eran los años de Dante
Alighieri y del “Dolce stil novo” de Giotto di Bondone.
Piazza della Signoria Aquí fue quemado en la hoguera Girolamo Savonarola |
Florencia presume de poseer,
inmediatamente detrás de Roma, la mayor concentración de obras de arte del
mundo. Sea o no correcta esta
aseveración, lo cierto es que el casco antiguo de la ciudad encierra multitud
de edificios nobles con palacios, iglesias, y museos que rivalizan en
originalidad, belleza y prestigio de los arquitectos y artistas que sobre ellos
pusieron su firma.
Ponte Santa Trinidad sobre el río Arno |
Los tesoros artísticos encerrados en
el palacio Pitti, Gallería de los Uffizi, la Academia de las Artes y el palacio
del Bargello, hacen de Florencia la capital mundial del Renacimiento.
Florencia, auténtico
museo vivo.
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