Iglesia de San Juan Apóstol y Evangelista (Santianes en
Pravia)
El rey Silo hizo construir esta iglesia, considerada la más
antigua de Asturias, allá por el siglo VIII, en la que ya apuntan los rasgos
más precoces de lo que sería el prerrománico asturiano. En ella se supone están
enterrados el rey Silo y su esposa la reina Adosinda.
En 1970 se inician obras dirigidas por José Menéndez Pidal,
encontrándose durante las excavaciones un baptisterio que hoy se le considera
el más antiguo de Asturias.
En este templo tuvo lugar el debate entre el Beato de Liébana
y Elipando de Toledo sobre la interpretación adopcionista de la divinidad de
Cristo, según la cual Jesús era un ser humano elevado a categoría divina por
designio de Dios. Considerada herejía fue condenada en el II Concilio Ecuménico
de Nicea (787), y luego por los papas Adriano I y León III en 794 y 799.
Santa María del Naranco
Allí tuvo el Rey Ramiro su cazadero y construyó un conjunto
residencial del que se ha conservado un palacete, convertido posteriormente en
iglesia de Santa María.
La arquitectura prerrománica asturiana representa el primer
intento europeo de creación de un arte unitario desde la caída del Imperio
Romano. En esta arquitectura hay un rasgo excepcional, el empleo sistemático de
la bóveda de cañón.
El antiguo palacio consta de dos pisos, de los cuales el
superior, una gran sala diáfana de planta rectangular, debió servir como salón
de recepciones o aula regia. Adosada al
muro norte se sitúa la escalera exterior que le sirve de acceso; en el muro sur
hay un pórtico con un mirador, y en los extremos oriental y occidental dos amplios balcones, abiertos por sus tres
lados con arquerías que debieron sustentar algún tipo de barandilla.
Los arcos están sostenidos por columnas de fuste sogueado y
capiteles labrados, y los arcos fajones de la bóveda se prolongan en bandas
talladas que rematan en treinta y dos grandes medallones, simulando tal vez
colgaduras sobre el muro. En líneas generales, las concepciones arquitectónicas
resultan más próximas a la de los templos clásicos que a otras formas más
cercanas en el tiempo, lo que no deja de resultar sorprendente, mientras los
motivos decorativos parecen copiados de
tejidos orientales.
La integración de tan dispares elementos en un conjunto
armónico y de indudable belleza constituye el gran logro del arte ramirense,
que tiene en Santa María del Naranco su obra maestra.
Patrimonio Mundial de la Humanidad desde diciembre de 1985
San Miguel de Lillo
Erigida a tan solo cien metros de distancia de Santa María
del Naranco, fue mandada a edificar hacia el 842 por el rey Ramiro I.
Relieve de la jamba |
Lo más notable son las jambas del pórtico, labradas con
escenas circenses, con un saltimbanqui haciendo acrobacias y un domador de
leones, cuya filiación ha sido durante mucho tiempo un misterio.
Hoy sabemos que el modelo debió ser un antiguo díptico
consular bizantino. Tallados en marfil,
estos dípticos servían para conmemorar el nombramiento de un nuevo cónsul, que
aparecía representado en ellos presidiendo los juegos que había ofrecido al
pueblo con tal motivo, y algunos pueden haber figurado en las colecciones
artísticas de los reyes asturianos.
Declarada por la Unesco Patrimonio de la Humanidad en 1985.
Santa Cristina de Lena
Más alejada de Oviedo, en plena cuenca minera, no existe
ninguna referencia documental que permita aventurar la fecha de su
construcción, más, el estilo es tan similar al del conjunto del Naranco, que se
supone sea debida a Ramiro I o bien a su sucesor Ordoño I, y quizá incluso obra
del mismo equipo de artífices.
Muchas cosas, sin embargo, singularizan a este edificio sólo
aparentemente secundario. Posee una
original planta rectangular, con una sola nave pero con cámaras menores en los
cuatro lados, de modo que la situada en la cabecera funciona como ábside, la de
los pies hace el papel de nártex, y las laterales probablemente sirvieran de
sacristías.
En los dos extremos de la nave hay elevaciones del piso que
forman a los pies una tribuna, quizá el espacio reservado al rey, y en la cabecera un presbiterio
separado del resto de la nave por un iconostasio. Este elemento, único en el prerrománico
asturiano pero muy típico en las iglesias bizantinas, consiste en una triple
arquería cerrada en su centro por un cancel de piedra labrada, de modo que el
acceso al presbiterio se realiza mediante dos tramos de escalones adosados a
los muros laterales. Tanto las columnas como el cancel son de origen visigodo,
tal vez procedentes de la iglesia de San Pedro y San Pablo que el abad Flaino
fundara en este mismo lugar.
Más difícil resulta dilucidar
las vías por la que llegó a la aislada Asturias del siglo IX, la
influencia oriental que revela la existencia misma del iconostasio, y de la que
tal vez fueron responsables inmigrantes mozárabes del sur.
Pertenece al Patrimonio de la Humanidad desde diciembre de 1985
Intetesante escrito, estimada Marieta.
ResponderEliminarSon preciosas estas iglesias.
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