Una parte importante de lo que deseas (Camille y Moose)
La pista
está a mis pies. Las luces brillan sobre mi cabeza. Y él…
Él se
mueve como si jamás hubiese hecho otra cosa en su vida que bailar. Lo conozco
desde siempre, cuando ambos apenas sobrepasábamos la rodilla de mi hermano
Tyler. Bueno, no es mi hermano realmente; pero, por azares del destino, ambos
terminamos viviendo en la misma casa de acogida. De él aprendí que bailar era
una forma de vida, una forma de expresar lo que sientes más pura que cualquier
otra.
Pero
ahora estamos en Las Vegas, sobre el escenario del teatro del Caesar’s Palace.
Otros bailarines nos rodean; pero, cuando por fin salgo a la pista y me
encuentro frente a él, un escalofrío de anticipación recorre mi espina dorsal.
Ni siquiera sus rizos oscuros o la gorra que lleva calada hasta los ojos, como
de costumbre cuando sale a escena, consiguen que deje de ver el guiño cómplice
que me dedica antes de que suenen nuestros acordes. Y yo siento cómo mi cuerpo
responde de inmediato, como si la coreografía no fuese solo algo aprendido sino
una necesidad que bombea a través de mi cuerpo como la sangre de mis venas.
Cuando
la música cambia y él tiene que correr para subirse a la plataforma para ser el
protagonista una vez más, una parte de mí se rompe sin quererlo al verme
obligada a darle la espalda. La cámara, nuestra oportunidad para quedarnos
juntos en las Vegas haciendo eso que a ambos nos apasiona, está al fondo de la
sala. Y sabiendo que, desde su altura de bailarín principal, él me vigila,
muevo mis piernas y mis brazos al mismo compás que el resto de compañeros que
me rodean.
Lo sé.
Desde que empezamos la universidad y Moose aseguró que dejaría para siempre el
baile, cosa que después no fue así gracias a Los Piratas de Luke, en Nueva
York; y yo me acomodé a una vida en la que los sueños de juventud apenas tenían
cabida para mí. Estudié, me gradué, me fui a vivir con él, tenía un trabajo…
Pero la irrupción de “The Vortex” en nuestras vidas y la sensación que tuve al
ver a Moose besarse con aquella fulana rubia en el bar del hotel… Cuando los vi
a todos allí sentados, riendo y haciendo lo que más les gustaba, sentí que algo
realmente no encajaba en mi vida. ¿Qué estaba haciendo? ¿Estaba cortándole las
alas a mi novio por querer tener una vida simple como la del resto de mis
amigas? ¿O acaso no estaba deseando subirme a un escenario con él?
Mientras
bailo y dejo que la música diluya mis pensamientos en una sensación de
ingravidez, al caer de un salto me encuentro con una mano que toma la mía, me
vuelvo… y ahí está. No nos hace falta más que mirarnos para saber lo que va a
suceder a continuación. Un paso atrás, un paso hacia delante y sus brazos hacen
girar los míos hasta que su abrazo me rodea. Mi mano derecha se alza para
agarrarme a su nuca mientras nuestros cuerpos, pegados, se mueven como uno
solo.
Lo
admito: la noche anterior, cuando apareció en la azotea para mi enorme sorpresa
y se disculpó por lo ocurrido, me sentía casi como un lastre en su vida. Pero
cuando después nos reconciliamos en el dormitorio, un lugar donde casi nuestra
compenetración es similar a la existente en la pista de baile, recuerdo haberle
dicho que debería volver a Las Vegas, que los dos sabíamos que él era una pieza
clave de LMNTRIX. No os engañéis: Moose nunca se lo ha creído; de hecho, tuvo
que ser Andie la que lo empujó a bailar cuando ambos estudiaban en la MSA, y
Luke el que lo convenció para entrar en Los Piratas en Nueva York bajo la
denominación “nacidos de un Loro”. Pero su habilidad innata siempre ha estado
ahí, creo que casi desde que podía gatear. Sin embargo, cuál no fue mi sorpresa
cuando me pidió que me fuese con él. Que bailase junto a él en Las Vegas. Que
forjásemos un futuro al compás de la música en Las Vegas.
Y yo,
que hacía años había jurado que no volvería a bailar, como comentaba antes, en
pro de la comodidad y la tranquilidad de una vida normal… en ese momento solo
pude aceptar. Porque si se trata de ayudarle a cumplir su sueño, yo estaré ahí
siempre que me necesite.
La
coreografía se está terminando: Andie ha realizado un salto mortal y ha caído
en los brazos de Sean, quedando ambos abrazados. Entonces, la sala estalla en
vítores y el confeti empieza a caer sobre nuestras cabezas. ¿Hemos ganado? No
lo sé, pero es posible. Entonces, mi chico vuelve a aparecer frente a mí, de
vuelta de su última posición unos metros más allá. Ambos nos abrazamos,
saltamos, jaleamos y, unos minutos después, sus labios atrapan los míos. Le
devuelvo el beso.
Así
pues, como él me dijo, puede ser que tenga a la persona con la que quiere
bailar…
Pero yo
puedo afirmar lo mismo. Y no lo cambiaría por nada del mundo.
Capítulo 31 del fanfic: “The
Only One” basado en Camille y Moose, personajes de la saga de
películas Step Up, ambientado en la 5ª entrega “Step Up: All In”.
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