La novela se desarrolla en Ámsterdam, durante unos días de vacaciones. El matrimonio irlandés residente en Escocia, Gerry y Stella Gilmore, ya jubilados opta por esta ciudad para darse un respiro invernal tras años de convivencia. En esas pocas horas de descanso aflorarán sentimientos que llevan ocultos mucho tiempo.
Un matrimonio feliz. Una vida
agradable y sin complicaciones. Una familia perfecta. Las apariencias muchas
veces nos engañan. Nuestros deseos de felicidad y perfección a menudo consiguen
engatusarnos hasta que la realidad sale a nuestro encuentro de manera que ya no
es posible seguir mirando hacia otro lado.
En este viaje, los Gilmore
van cargados cada uno con su equipaje personal en maletas gemelas que tendrán
que poner en común. Cada uno ha fijado sus objetivos de antemano para este
viaje y la vida, como casi siempre, terminará por imponer su criterio. Gerry y
Stella tendrán que mirarse a los ojos, ahora sin velos.
Tal vez el empeño en que
compartir la vida debe derivar en una simbiosis perfecta entre dos
personalidades dispares esté en la raíz de algunos males. Los mismos gustos,
las mismas opiniones, los mismos sentimientos. Empeños vanos ante las
necesidades individuales, el afán de intimidad, el ansia de un espacio propio y
privado. A veces, eso que llamamos amor, no es suficiente para mantener una
convivencia después de años de diferencias enterrados entre los atajos del
camino.
Mi otoño en libros
Octubre 2020
No hay comentarios:
Publicar un comentario