Sí, ese soy yo. El de la
túnica larga de color naranja que está a la derecha, y cómo llegué allí tiene
su gracia.
Yo era un joven estudiante de
artes escénicas en la escuela de Atenas, siempre he sido un chico introvertido
y silencioso pero; cuando llegué allí y comencé a estudiar sentí una liberación
de todas esas sensaciones con las que cargaba y conseguí poco a poco ir
expresándome libremente lo que hizo que llamase la atención de los mejores
especialistas en el ámbito y me convirtiese en el mejor de mi clase y en uno de
los más destacados en todo el curso.
El día de la imagen empezó como otro cualquiera yo acababa de terminar una de mis clases así que decidí salir a la puerta a tomar el aire. Una vez fuera me encontré a un señor de espesa barba blanca y una larga túnica llevaba un balón de color azul con islas de color verde en él. Iba acompañado de mucha gente que parecía interesada en lo que aquel hombre pudiese decir, así que decidí seguirle yo también.
En un momento dado aquel señor paró, yo también, estábamos en el hall principal de la
escuela. Había mucho alboroto por lo que no logré entenderlo totalmente, pero recuerdo algo que tenía que ver con geografía.
Justo después de salir dos
guardias de la escuela que me estaban buscando decidieron cogerme de brazos y
piernas y me llevaron frente al director. Allí me expulsaron del colegio de por
vida y me dijeron que un juez revisaría mi caso y me citaría para que pudiese apelar. Me condenaron
supuestamente porque aquel hombre al que yo había seguido era un criminal en
busca y captura. Yo apelé ante el juez pero aquello no sirvió de nada ya que
quedé exiliado de Grecia poniendo rumbo a una tal Hispania que estaba en
ascenso, empezando una vida nueva.
©César García Martínez
13 años
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