El más famoso de los
yacimientos mayas yucatecos. La mayor parte de los arqueólogos coinciden en que
los pobladores del primer asentamiento relevante de Chichen Itzá, ocurrido a
finales del periodo clásico tardío, eran mayas puros. Hacia el siglo IX, la ciudad quedó abandonada
por causas desconocidas; en las postrimerías del siglo X, el lugar fue
repoblado y poco después, invadido al parecer por toltecas emigrados desde
Tula. La cultura tolteca se amalgamó
con la maya, incorporando el culto a Quetzalcoatl, dios de la vida, la luz, la
fertilidad, la civilización y el conocimiento, que según algunos investigadores
es el Kukulkan para los mayas.
Cuando se penetra en el
yacimiento arqueológico, El Castillo, también llamado pirámide de Kukulkan, se
alza con toda su majestuosidad. En la
estructura actual, de 25 metros de altura y levantada sobre la antigua,
aparecen la serpiente emplumada esculpida en la escalinata y representaciones
de guerreros toltecas en la entrada del adoratorio que corona el templo.
La pirámide constituye en
realidad un calendario maya erigido en piedra.
Cada uno de los nueve niveles se halla dividido en dos por una
escalinata, con lo que se obtienen 18 terrazas separadas, trasunto de los 18 meses
de 20 días de que contaba el calendario civil maya. Las cuatro escalinatas tienen 91 peldaños; si
a esto se añade la plataforma superior resultan en total 365 escalones, tantos
como días del año. En cada cara de la
pirámide se ven 52 paneles que simbolizan los 52 años de la Cuenta Larga.
El castillo encierra en su
interior otra pirámide más antigua que contiene el trono de un jaguar rojo, con
ojos e incrustaciones de jade, y la figura de un Chac-mool. La entrada a EL Túnel, el pasadizo que
asciende hasta el trono, se encuentra en la base de la cara norte de El
Castillo.
También destacan el Templo de
los Guerreros, el templo de los Jaguares, el Mercado, el Caracol, conocido como
el Observatorio, y el Juego de Pelota, el mayor de Mesoamérica. El Cenote Sagrado, con un templo donde se
realizaban los sacrificios rituales de niños y doncellas. El templo de las Mesas, vecino del Templo de
los Guerreros, tiene un magnífico friso con jaguares y relieves de
guerreros. El grupo del Osario, con una
gran escalinata y un templo y la Plaza de las Mil Columnas. Se han identificado
más de veinte calzadas prehispánicas.
Otra aglomeración de edificios está junto al cenote de Xloloc, con
monumentos como la casa de las Monjas, la iglesia…
Explorando
el pasado
para comprender
el presente
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