Iglesia de San Antonio de los Alemanes |
Es
una joya.
Está
situada entre la Corredera Baja de San Pablo, la calle
de la Puebla y la calle de la Ballesta, en una pequeña manzana triangular.
En
los años primeros del siglo XVII, Portugal se anexionó a España. Como
consecuencia de ello se aconsejó en el reinado de Felipe III la conveniencia de
que en Madrid hubiese un hospital e iglesia para los portugueses que estuviesen
de paso.
Así
se llegó a la construcción de esta Iglesia junto con el Hospital bajo el
patrocinio de San Antonio de los Portugueses. Apenas se terminó de construir
cuando se procede a la separación en 1668 de los dos reinos, tras la firma del Tratado
de Lisboa y se queda la capilla sin dueño.
En
1683, Mariana de Austria, viuda de Felipe IV y madre de Carlos II, durante su
regencia cedió el disfrute de la capilla al séquito de alemanes católicos que
vinieron a Madrid acompañando a la reina doña Mariana de Neoburgo, que casó en
segundas nupcias con Carlos II en 1689, con lo que se convirtió en San Antonio
de los Alemanes.
A
principios del siglo XVIII, el primer Borbón, Felipe V entregó el hospital y la
capilla a la “Hermandad del Refugio” llamada por los madrileños “La ronda del
pan y huevo”, dedicada a la caridad y beneficencia ya que tenían por costumbre, siempre de
madrugada, ir tocando una campanilla, exhortando a las gentes al
arrepentimiento y al mismo tiempo, cuando encontraban un pobre le daban un
bollo de pan y dos huevos cocidos.
La
Iglesia actual se la conoce por San Antonio de los Alemanes, pero aun así,
conserva la advocación a San Antonio de Padua, santo portugués.
Siempre
se creyó que el arquitecto jesuita Pedro Sánchez había proyectado la capilla y
su curiosa planta oval o elíptica. En el siglo pasado, el XX, Virginia Tovar
encontró unas trazas de Gómez de Mora para San Antonio de los Portugueses que
coincide en todo con la capilla. La dirección de obras estuvo a cargo de
Francisco Seseña, que pudo ejecutar planos de Gómez de Mora, sobre otros
iniciales de Pedro Sánchez, o bien el papel de Mora pudo reducirse a rubricar
los de Sánchez, en su condición de maestro mayor del concejo, por cuyo cargo
pasaban todos los proyectos a realizar en la Corte y Villa. A saber.
En
el exterior sobresale el fantástico chapitel, el mayor de Madrid, visible desde
las calles cercanas. Estos chapiteles son en verdad cúpulas, las llamadas
cúpulas encamonadas, elaboradas con madera o yeso. Motivos de tipo económico
motivaron la aparición de esta peculiar forma arquitectónica y como se puede
apreciar la fórmula no renuncia a la vistosidad.
La
discreta y elegante portada, pura y clásica, adintelada en granito, con
hornacina conteniendo la escultura en piedra que el gran Manuel Pereira,
escultor portugués, afincado en Madrid, hiciera del santo lisboeta, con la vara
de azucenas, el libro abierto y el Niño Jesús hablándole.
Se
penetra en la Iglesia por un pequeño ámbito o vestíbulo, que prepara al
visitante para la sorpresa y el asombro. Una maravilla que constituye un
ejemplo claro de ilusionismo barroco madrileño.
Las
paredes están recubiertas de pintura al fresco a modo de tapices, de suelo a
techo donde culminan con la representación de una apoteósica Gloria con San Antonio ante la Trinidad, hecha por
Juan Carreño de Miranda. Los muros curvos fueron decorados por Luca Giordano
que pintó al fresco varios milagros del Santo. En cuanto a las pinturas de la
zona baja, son también obra de Lucas Giordano y representan de izquierda a
derecha a Esteban de Hungría, Luis de Francia, Enrique emperador de Alemania y
su esposa Cunegunda, la reina Edith de Inglaterra, San Fernando, rey de
Castilla y León, San Hermenegildo de Sevilla y San Emérito de Hungría.
Para hacer mayor aún el magnífico efecto, el
espacio elíptico se nos muestra íntegro, sin columnas, ni pilastras, ni otros
elementos que alteraran el espacio. Solo unos arcos retranqueados en el muro
conteniendo altares-cuadros que permiten ver la escenografía pictórica creando
un efecto de lujo, movimiento y colorido.
Comenzando
el recorrido oval por la izquierda a partir de la puerta encontramos en el
primer altar a Santa Isabel de Portugal de Eugenio Cajés, obra de 1621. En el
segundo altar San Carlos Borromeo, anónimo, aunque Tormo le pareciese que fuera
de Van Kessel. En el tercer altar la Trinidad, también de autor desconocido y
pasando al presbiterio, en el cuarto altar, El Calvario de Luca Giordano, el
pintor napolitano discípulo de José Ribera “El Españoleto”. En el quinto altar
tenemos a Santa Ana de 1694 por Giordano y finalmente Santa Engracia de Cajés.
En
lo alto de los seis retablos aparecen unos retratos de los Reyes. La galería de
Reyes fue pintada por Miguel Jacinto Meléndez, envueltos en cascadas rococó. Sobre
la puerta de entrada Mariana de Austria y desde allí de izquierda a derecha,
Felipe III, Carlos II el Hechizado, Felipe V, María Luisa Gabriela de Saboya
(su primera esposa), Mariana de Neoburgo (esposa de Carlos II) y Felipe IV.
El
Retablo Mayor primitivo se hizo en tiempos de Felipe IV, con pinturas de
Carducho y Cajés y la bellísima imagen del santo titular por Pereira. En época
de Carlos III se deshizo ese retablo y el que vemos es obra de Miguel
Fernández, de estilo barroco, un inicio de churrigueresco. Tiene un magnífico
sagrario en mármol. Los ángeles son obra de Francisco Gutiérrez, preciosos como
todos los suyos ya que era un experto en la labra de ángeles.
Algunas
de las pinturas del retablo antiguo se guardan en la sacristía. Ésta es muy
pequeña, enteramente de madera y en la que podemos ver tres cuadros, dos de
ellos representando milagros del santo titular y otro del Ángel con Tobías.
En
la cornisa se alternan los lunetos para dar luz a la nave en una serie de
virtudes en la parte superior.
La
cripta es una pequeña capilla de ladrillo visto con bancos de madera a ambos
lados. A la derecha hay unos niños entre los que podemos leer: “Un criado mozo
de camillas” haciendo alusión a los que recogían enfermos por las calles. Hay
una estatua de bronce que representa a San Pedro Poveda. Está realizada en
bronce y es obra del escultor Pedro Requejo Novoa. Fue colocada en 2006. Aquí
también descansan los restos de dos infantas de Castilla: Doña Berenguela de
Castilla (Sevilla, 1253-Guadalajara 1300), hija de Alfonso X el Sabio y de
Violante de Aragón. Hay controversias sobre el lugar de enterramiento de esta
Infanta. Y doña Constanza de Castilla, hija de Fernando IV de Castilla y
Constanza de Portugal, muerta en 1321. El Monasterio de Santo Domingo el Real de Madrid fue
demolido en 1869, por lo que, los restos mortales de las infantas Berenguela y
Constanza fueron trasladados a la cripta de la iglesia de San Antonio de los
Alemanes de Madrid, donde reposan en la actualidad.
Fuentes:
Hidalgo Monteagudo, Ramón:
Iglesias antiguas madrileñas. Ediciones La Librería.
Corral,
José del: Curiosidades de Madrid. El País Aguilar.
Martín Fernández, Mª Carmen: 1985. Serie de notas tomadas durante las visitas programadas por la Fundación Villa y Corte. Profesor: Guillermo Fernández Fanjul.
MARIETA: me atrevo a sugerirte visites y publiques datos sobre la capilla del convento de San Plácido; no lejos de esta que describes. Las monjas suelen abrirla a visitantes interesados. Su sencillez encubre una pintura casi mural que hace las veces de retablo con firma de campanillas. Exitos con este blog que ya parece haber alcanzado su velocidad de crucero. Ramón
ResponderEliminarMuchas gracias, Ramón, sabes que me encantan las sugerencias porque enriquecen a nivel personal y bloguero. Me pondré manos a la obra para recabar datos sobre la capilla de San Plácido. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias a una cubana de origen, madrileña por derecho propio, estoy descubriendo rincones de Madrid que, o bien tenía olvidados, o bien ni conocía.
ResponderEliminarGracias Marieta.
¡Chulapa! Tú has nacido en los madriles pero hay que ver el caché que da eso de ser madrileña por adopción.
ResponderEliminarNo dejes de visitar esta Iglesia que te va a encantar.Muchos besos.
Curiosamente tengo una serie de grabaciones en vivo del profesor Fanjul que mi mujer conservaba de su padre, también amigo del profesor. Si a alguien le interesa puedo digitalizarlas. Un saludo. franpasce@gmail.com
ResponderEliminarMuchísimas gracias por su ofrecimiento. No sé por qué motivo no he visto su comentario hasta hoy. Un saludo afectuoso.
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