Foto: Wikipedia, la enciclopedia libre |
A mi lado, en
el autobús, viajaba una abuela con su nieta. La niña pregunta:
¿Yaya, cuando
eras pequeña, sin tele, te aburrías mucho, verdad?
La abuela
hablaba muy bajito y no pude oír su respuesta, pero me hizo pensar, ¿yo me
aburría?, pues no, decididamente no, porque los niños de mi época teníamos una
televisión personal y muy variada: IMAGINACIÓN, con gran cantidad de canales
inventados continuamente, un mundo de magia y fantasía que, desgraciadamente,
creo que casi ha desaparecido.
Me da cierta
pena ver a tantos peques absortos ante las “tablets” y la pantalla, viendo esas
hazañas prefabricadas, a veces violentas y crueles, nocivas para su formación,
nulas para su creatividad. Los “antiguos”, como yo, vivíamos cuesta arriba con
esfuerzo y carencias, pero, ¡teníamos tanta inventiva!, ¡creábamos tantos
juegos!, quizá tontos o ingenuos, que nos hacían reír, divertirnos y además,
gratuitos, no con tanto gasto como los de ahora.
Y otra cosa,
los editores se quejan, el vídeo está derrotando al libro, es más fácil “ver”
una novela que leerla, me pregunto, ¿eso nos beneficia? Creo que no. La lectura
estimula nuestra imaginación, de alguna manera, creamos nuestra versión
personal de aquello que leemos.
Dicen los
científicos que el hombre usa, más o menos, un veinte por ciento de su cerebro.
Si “jubilamos”,
imaginación y creatividad, ¿qué porcentaje queda?
Saltando a la comba Foto: Wikipedia, la enciclopedia libre |
© Isabel Martínez.
¿Nos aburríamos? por Mª Isabel Martínez Cemillánse distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución 4.0 Internacional.
Siempre es gratísimo e instructivo leer a nuestra querida "octogenial". Te alabo el gusto por tan estupenda colaboradora
ResponderEliminarNuestra querida "octogenial" es un encanto de persona como amiga y colaboradora. Un saludo.
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