Si visitamos Maastricht, esa bonita ciudad situada en ambas
orillas del río Mosa, en los Países Bajos, podemos encontrar una librería entre
los muros góticos de una iglesia del siglo XIII.
Corría el año de 1294 cuando allí se levantó
una iglesia gótica consagrada a la orden de los Dominicos. Se cree
que fue en la última década del siglo XVIII, durante la invasión del país por
las tropas francesas, cuando el edificio religioso quedó clausurado. A pesar de
quedar abandonada por más de doscientos años, la iglesia no se convirtió en una
ruina. Por suerte en el año 2006, después de haber servido para diferentes
usos, entre ellos el de almacén de bicicletas, un grupo empresarial decide
revitalizar el edificio y el resultado ha sido un éxito rotundo. Hoy está
considerada una de las librerías más bonitas del mundo.
Los
arquitectos Merkx y Girod fueron los encargados de diseñar el nuevo
espacio interior. E idearon dejar el lateral izquierdo en toda su altura, para
en el lado derecho construir una pasarela monumental de acero, que va
ascendiendo, y así los visitantes pueden caminar entre libros por sus distintos
niveles. Al alcanzar el nivel superior se aprecian, de cerca, las pinturas
murales y las colosales dimensiones de la iglesia. Es un momento mágico. Tienes
la impresión de formar parte de la literatura, el arte y la historia.
En tan
sólo 750 metros cuadrados de superficie los arquitectos consiguieron
desarrollar los 1200 metros cuadrados de espacio comercial que se
requerían. El acero negro empleado para las estanterías, mobiliario y en la
construcción de las pasarelas, da una sensación de ligereza y transparencia a
pesar de su tamaño. Y lo más importante es que está en sintonía con los gruesos
muros de piedra, con los grandes ventanales góticos que brindan luminosidad al
interior creando un ambiente de recogimiento, casi místico, los altos techos de
bóvedas nervadas parece que te llevan hacia las alturas.
La librería cuenta con una cafetería ubicada
en el ábside, destacando una mesa imponente por su gran tamaño y su diseño en
forma de cruz, donde los clientes disfrutan de un momento de ocio, bebiendo y
leyendo esos objetos maravillosos llamados libros, bajo una luz que recuerda la
iluminación de las velas. Desde las altas columnas de piedra los carteles
anuncian las novedades editoriales.
El
proyecto ganó el prestigioso premio Lensvelt, de diseño de arquitectura
interior, en 2007.
© Fotos arquitectos: merkx-girod
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