Había una vez un niño llamado
Aristóteles que nació en el año 384 a.C., en la ciudad de Estagira, en Grecia.
Era rubio de pequeño, tenía ojos claros, y muy alto. Iba a un colegio cerca de
su casa situada en la ciudad donde nació. La asignatura favorita de Aristóteles
era filosofía, además tenía a un gran maestro, Platón.
Platón fue un filósofo griego
seguidor de Sócrates. Fundó la Academia de Atenas, a la que Aristóteles
acudiría desde Estagira a estudiar. Esto lo dijo mi profesora el otro día en
clases.
Una mañana, a la hora del
almuerzo, Aristóteles se sentó en la escalera de su colegio a comer un
bocadillo que le había preparado su madre. Al cabo de un rato, su amigo Juan se
acercó a él, vio q estaba solo, y empezaron a hablar. Juan le preguntó a
Aristóteles qué quería ser de mayor. Su respuesta fue: filósofo.
Aristóteles todavía no se
había terminado su emparedado, cuando vio a Juan con la boca abierta, relamiéndose.
Entonces decidió compartir su merienda con él. A continuación le preguntó a
Juan qué quería ser de mayor, y este le contestó que le gustaría ser matemático.
A Aristóteles también le gustaba mucho la ciencia, pero prefería la filosofía.
Años más tardes, ambos
consiguieron su sueño, Aristóteles fue filósofo y Juan matemático. Perdieron el
contacto, hasta que un día, Aristóteles por sus grandes conocimientos de
filosofía, se hizo profesor en su antigua escuela de Atenas. Lo que él no sabía
era que Juan también daba clases en esa misma escuela. En una reunión de profesores
coincidieron, se miraron y con un fuerte abrazo volvió a renacer su amistad.
© Lu Xuan Calleja Romeralo
13 años
No hay comentarios:
Publicar un comentario