En ocasiones las palabras, aunque se
las lleve el viento, son capaces de herir como espadas, acariciar como plumas o
todas las variantes que existen entre ambas opciones. También nos hacen
reflexionar, sobre su propia forma o lo qué significan. En nuestra vida o
para todas las personas, para toda la sociedad.
Hablemos por ejemplo de la palabra «destino».
Puede ser el lugar final al que llevas en un viaje, el ‘destination’
inglés o puede ser el sino, ‘destiny’. En mi caso concreto, me gustaría
reflexionar sobre este último término. Tiene una sonoridad muy bonita, al menos
a mis oídos, pero me gustaría ir un poco más, si os parece bien.
¿Vosotros creéis que somos los seres humanos
los que nos forjamos nuestro propio destino, o consideráis que hay algo más? Hay quien puede
considerar que nuestras decisiones son las que nos definen, que podemos tomar
la alternativa que consideremos mejor y que ahí reside lo que nos va pasando,
seamos o no conscientes de ello.
No es la única opinión. No solo porque en
ocasiones nuestras decisiones vengan obligadas por las circunstancias, sino
porque la suerte también es un elemento a tener en cuenta. Hay gente que
parece venir con una estrella hecha jirones en el bolsillo, como si tocara
las cosas lindas con los dedos pero se la escurrieran antes de poder
disfrutarlas.
Son cosas interesantes sobre las que pensar,
aunque a veces no nos gustase pensar en absoluto y seguir con nuestra vida,
buscando la manera de ser felices. Porque a veces, los pensamientos pueden
ser tan crueles como las palabras, o como las espadas.
© MJ Pérez
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