Patrimonio de la Humanidad
1980
La isla de Malta se sitúa en
el centro geográfico del Mediterráneo. Por lo que Malta ha conocido a lo largo
de su historia la presencia de la mayor parte de las culturas del viejo mundo:
griegos, fenicios, cartagineses, romanos, árabes amarraron aquí sus flotas. La
isla formó parte del imperio de Bizancio y en el año 1090 quedó incluida en el
reino de Sicilia.
La ciudad de los caballeros
Finalizado el asedio otomano,
la orden abordó un nuevo esquema de fortificación de los puertos de
Marsamusceit y Gran Puerto, en el sector noreste de la isla y auténtico punto
neurálgico de Malta. Reconstruido el fuerte de san Telmo se decidió erigir sobre
la propia península de Sceberras una ciudad nueva que llevaría el nombre del
Gran Maestre: La Valette.
La planificación urbanística
y diseño de estructuras defensivas correspondió al ingeniero militar Francesco
Laparelli, discípulo de Leonardo da Vinci, quien con criterios austeros y
racionales levantó una ciudad de 1250 metros de longitud por 850 en su punto
más ancho. Utilizando caliza con globicerina como material básico de
construcción, su manera de trabajo consagró el “estilo maltés” de arquitectura,
severo y armonioso. Esta línea se mantuvo hasta la llegada en el año 1706 del
arquitecto italiano Romano Carapecchia que introdujo las corrientes barrocas
dominantes en la época, en feliz conjunción con las obras preexistentes. El
resultado fue una ciudad barroca, que de hecho marca el límite meridional de
este estilo, diferenciable de cualquier otra por la armoniosa profusión de
elementos del clásico estilo maltés.
Las soluciones urbanísticas
alcanzadas responden con claridad a las necesidades de los propietarios de la
ciudad, una orden religiosa y militar. El centro de La Valette es la gran Plaza
de Armas, la más amplia de Europa, sobre la que se alza el Palacio de los
Grandes Maestres. Construido entre 1572 y 1587 por el Gran Maestre La Cassière
alberga hoy la Presidencia de la República y la Cámara de los Diputados. Sus
pinturas recuerdan los rostros de los caballeros, mientras que en frescos se
representan los principales avatares de la orden. Una de sus partes más
importantes era la Armería, que durante el siglo XVIII guardaba armas para
veinte y cinco mil hombres. Desafortunadamente los expolios de Napoleón y los
ingleses han reducido notablemente tan vasta colección.
La ciudad contaba con un
albergue diferente para cada una de las lenguas de la orden. El albergue de
Castilla-León (1574-1744) es ahora gabinete del Primer Ministro y todavía
refleja los escudos de los viejos reinos de España y Portugal sobre su fachada.
Por su parte, el albergue de Provenza encierra en la actualidad al Museo
Nacional de Arqueología.
El principal edificio
religioso de La Valette es la antigua iglesia conventual de san Juan Bautista,
hoy convertida en catedral. Su construcción fue iniciada por el arquitecto
Girolamo Cussar en el año 1573 y cuenta con una espléndida decoración basada en
cruces de Malta, blancas sobre fondo rojo y signos heráldicos de las distintas
lenguas de la orden. La bóveda dedicada a la vida de san Juan se encuentra
repleta de frescos debidos al genio de Mattia Preti. El suelo de la iglesia
resulta imponente: está formado por las tumbas de 400 caballeros, cuyas lápidas
muestran sus escudos de armas decorados en rica policromía. Caravaggio dejó sui
huella en la iglesia, con la obra Decapitación de san Juan Bautista.
El Hospital de los Caballeros
fue iniciado a finales del siglo XVI y resulta uno de los edificios más
carismáticos de la orden. Cada una de las salas estaba destinada al tratamiento
de un tipo diferente de enfermedad, contando con capilla propia y con estancias
diferentes para los caballeros y los siervos. De las memorias escritas por los
visitantes durante los siglos XVII y XVIII se puede deducir el asombro que
causaban estas instalaciones, así como costumbres tales como cambiar las ropas
de cama cada quince días y que la cubertería de los caballeros fuera en su
totalidad de plata. Tras algunas reformas acometidas por los ingleses, el
hospital es hoy Centro de Conferencias del Mediterráneo.
Rumbos diferentes para la
orden y la isla
Los caballeros de Malta se
mantuvieron en la isla hasta el año 1798, fecha en la que Napoleón tomó la isla
y expulsó a la orden. Los caballeros se trasladaron entonces a Rusia,
poniéndose bajo la protección del zar Pablo. Tras una breve estancia en San Petersburgo,
la orden se vio reducida a dos lenguas: Italia y Alemania. En el año 1880 se le
concedió la iglesia de san Basilio y el priorato del Monte Aventino en Roma,
situación que se mantuvo hasta la promulgación de una nueva Constitución de la
orden en el año 1961 por la Santa Sede.
Malta también conoció nuevos
conquistadores: tras la expulsión de los franceses por la población local, la
isla pasó a dominio inglés en el año 1815, merced a un acuerdo del Congreso de
Viena. Convertida en base de la flota inglesa, Malta sufrió duros ataques
durante la Segunda Guerra Mundial, aunque no llegó a caer en poder de las
potencias del Eje. En el año 1964, Malta obtuvo su independencia, proclamándose
como República diez años más tarde. Afortunadamente, la alta utilización actual
de los 320 edificios nobles que encierra La Valette asegura la conservación de
esta magnífica ciudad barroca, testigo mudo de la sociedad y avatares políticos
de buena parte de la historia del Mediterráneo.
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